20070425

Señales a un mundo lejano.

Hoy salio en las noticia el descubrimiento de un planeta similar y un poco mas grande que la Tierra…a 20 años luz de distancia .

La noticia leída en el diario me lleno de sensaciones extrañas en mi corazón….pero desestimaban la idea de alguna vez llegar a él

Lo que si me saco una sonrisa, fue el hecho que al fin los científicos están hablando de forma abierta sobre otras vidas inteligentes fuera de este egocéntrico planeta … ya era hora .

Cuando niña, me hablaban del Voyager una sonda espacial que lanzaron al universo, con un disco de oro dentro…llamado "Sound of Earth", Sonidos de la Tierra…mi madre me contaba que en él habían saludos de la gente en distintos idiomas…y música de distintas partes del mundo, incluidos Los Beatles .

Mi imaginación volaba pensando en todos aquellos seres que escucharían nuestros sonidos e historia en el universo, y me preguntaba que pensarían de nosotros…

Un día, de niña…escribí una carta con todos mis secretos y deseos, pegue una foto mía con mi gato en ella y un mechón de pelo. Todo lo amarre firme con una pita en un globo de helio…y lo solté en medio de un día nublado en la playa…se fue hasta que se perdió de vista….rumbo al noreste. Pensando en quien encontraría mis secretos.

Cuando leí sobre el planeta similar a la Tierra, pensé en ello y en toda esa gente que se lleno de esperanza de que no somos los únicos “supuestamente inteligentes” en este universo.

Si alguna vez piden elegir imágenes para lanzarlas al espacio y que hablen de la Tierra…y lo bonito de ella….elegiría, una vez mas, a Elliot Erwitt y su hermosa mirada a la vida.









Esta canción va para los que están lejos , para quien le llego el globo …para los seres que posiblemente viven ahí …para quien escribe pensando en este hemisferio .

Café Tacuba. Cero y Uno.

Para poder llegar, para llegar a tus oídos
Necesito cantar, mover el aire, crear sonido.
Para poder llegar, para llegar hasta tus ojos
Necesito viajar o perder el alma en una foto.
Podría no existir, ser una invención.
Cero y uno, cero y uno, cero y uno, cero.
Me tendrías que tocar, saborearme y olerme ya.
Se necesita fe, saber que alguien escucha ya.
Yo tampoco se si existes en realidad.
Para poder llegar, para llegar a tus oídos
Para poder llegar, para llegar hasta tus ojos.
Para poder llegar, para llegar hasta tu boca.
Para poder llegar, para llegar hasta tu olfato.
Para poder llegar, para llegar hasta tu tacto.
La unica forma es ...hacer el viaje hasta donde estas Tú.

20070403

HIROSHIMA MON AMOUR- By Margarite Duras


















Ella:

Tiene 32 años.
Es más atractiva que guapa.
En cierto modo podría llamársela también a ella “the look”. Todo en ella, palabra, movimiento, “pasa por su mirada”.
Esa mirada de olvida de si misma. Esa mujer mira por su cuenta. Su mirada no consagra
su comportamiento , si no que lo desborda siempre.
En el amor, sin duda, todas las mujeres tiene bonitos ojos . Pero a ésta, el amor la arroja al
desorden del alma (elección voluntariamente stendhaliana del termino) algo más pronto
que a las demás mujeres . Por que está más “enamorada del amor mismo” que las demás mujeres.

Sabe que de amor no se muere. Ella tuvo, en el curso de su vida, una esplendida ocasión de morir de amor. No murió en Nevers . Desde entonces, y hasta ese día, en Hiroshima, en que conoce a ese japonés, arrastra en ella, con ella, el “vacío del alma” de una mujer que vive en prórroga con una ocasión única de decidir su destino.

No es el hecho de ser rapada y deshonrada lo que marca su vida, sino ese fracaso en cuestión: No murió de amor ese 2 de agosto de 1944, en aquel muelle del Loire.

Esto no está en contradicción con su actitud para con el japonés en Horíshima. Por el contrario, está en relación directa con su actividad para con ese japonés…Lo que le cuenta al japonés, es esa ocasión que, al mismo tiempo que la perdía, la definió.

El relato que ella hace de aquella ocasión perdida la transporta literalmente fuera de sí y la lleva a ese hombre nuevo.

Entregarse en cuerpo y alma, es eso.
Es la equivalencia no sólo de una posesión amorosa, si no también de un matrimonio.
Ella entrega a ese japonés – en Hiroshima – lo que de más caro tiene el mundo, su propia expresión actual, su supervivencia a la muerte de su amor en Nevers.



El:

Es un hombre de unos 40 años. Alto. Tiene una cara muy “occidentalizada”.
De perfil, casi podría ser francés. Frente alta. Boca ancha. Labios pronunciados pero duros.
Ninguna afectación en el rostro. Ningún ángulo bajo el cual pudiera aparecer una imprecisión (una indecisión) en los rasgos.
En resumen, es de tipo “internacional”. Su seducción debería ser inmediatamente reconocible por todo el mundo como la de los hombres que han llegado a la madurez sin cansancio prematuro, sin subterfugios.

Es ingeniero. Hace política. Esto no es una casualidad. Las técnicas son internacionales. El juego de las coordenadas políticas también lo es. Ese hombre, es un hombre moderno. Listo en lo esencial. No estaría profundamente desplazado en ningún país del mundo.

Coincide con su edad, tanto física como moralmente.

No ha “hecho trampas” con la vida. No ha tenido que hacerlo: es un hombre a quien su existencia ha interesado siempre lo bastante como para no “arrastrar” tras de sí un mal de adolescencia que tan a menudo hace, de los hombres de cuarenta años, falsos jóvenes aun a la búsqueda de algo que hacer, para parecer seguros de si mismos. Él, si no está seguro de sí, es por buenas razones.

No tiene una verdadera coquetería pero tampoco es descuidado. No es un don juán. Tiene una mujer a la que quiere, y dos hijos. No obstante le gustan las mujeres. Pero nunca ha hecho carrera “de mujeriego”. Cree que ese tipo de carreras es una carrera de despreciable sustitutivo, y algo más sospechoso. Que quien no ha sabido nunca lo que es el amor de una sola mujer no ha conocido el amor y ni siquiera la virilidad.

Por eso mismo es por lo que vive con esa joven francesa una autentica aventura, aunque sea fortuita. Porque no cree en el valor de los amores fortuitos es por lo que vive con la francesa un amor fortuito con sinceridad, con esa violencia.